miércoles, 20 de junio de 2012

EN LA BUSQUEDA DE EMPLEO ES IMPORTANTE CONOCER COMO INTERPRETAR Y DIFERENCIAR EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS.


Para entender mejor como actúan las personas observemos tres componentes del ser humano: los sentimientos, los pensamientos y las conductas.



Toda persona experimenta emociones de manera constante, a modo de descargas energéticas ante situaciones. Son nuestros sentimientos, los que nos informan sobre lo que ocurre y dependiendo de nuestras propias experiencias corporales nos trasladan sentimientos de cansancio, dolor, nerviosismo etc….Respecto a la conducta de búsqueda de empleo, las personas también experimentan sentimientos y percepciones corporales relacionadas con determinados acontecimientos (el nerviosismo, los sudores o temblores que sentimos ante un examen o cuando nos enfrentamos a una entrevista con un empresario).

Las emociones no son ni positivas ni negativas en si mismas, como hemos dicho son meras descargas energéticas, reacciones corporales, que tenemos que aprender a conocer y gestionar. Pueden ser mas o menos intensas, pero no poseen un carácter de facilitar o dificultar una determinada conducta. Ese elemento le es añadido por los pensamientos. Normalmente toda emoción viene acompañada de un pensamiento que retraduce en términos mentales el acto emocional surgido. Es  por tanto de la manera con que traducimos mentalmente nuestras emociones y percepciones de la que dependerá en gran parte nuestra actitud y nuestro modo de enfrentar la búsqueda de empleo.

Los pensamientos o cogniciones por tanto son lo que determinan la acción. Cuando un trabajador siente sudor frío en las manos y una cierta tensión en sus músculos puede pensar “estoy listo y todos mis músculos están completamente activados para comenzar el trabajo (examen, entrevista, conferencia...)”, e iniciar una buena tarea. Si al levantarse de la cama el día que tiene que presentarse a una entrevista, se despierta muy pronto y activo, puede interpretar (pensar) que es la emoción del momento, algo normal, necesario y bueno  que le ayudará a estar concentrado durante la entrevista o puede interpretar (pensar) que es un síntoma de su inseguridad, de sus duda y confusiones, que está demasiado nervioso y que tartamudeará y se olvidará de todo. Una u otra interpretación determinarán las conductas que se pongan en marcha. Si nos damos cuenta, en ningún caso han sido las emociones o las sensaciones corporales  las causantes de la dirección de nuestro comportamiento y actitud, sino el pensamiento que ha acompañado a dichas emociones y sensaciones.

No son los sentimientos y pensamientos la “causa” y la conducta el “efecto”, sino que son la interpretación que hacemos de los mismos, la manera de cómo reelaboramos los sentimientos, es decir son los elementos interrelacionados de carácter mental los que actúan como causa y efecto al mismo tiempo.

No podemos desligar las tres cosas: emociones, pensamientos y conductas. Solo lo hacemos para comprender mejor la estructura de la motivación, pero es evidente que el ánimo que una persona siente para ponerse a buscar trabajo está íntimamente relacionado sobre lo que piensa, sobre como son sus construcciones mentales  y con lo que hace al respecto.

Existen algunas ideas que nos ayudan a tomar decisiones para trabajar en este sentido. A este respecto podemos trabajar y plantearnos estrategias de trabajo,  sobre tres ideas que tienen que ver con el cambio conductual: las metas, las expectativas y las atribuciones.

  • Las metas: Las personas nos movemos (actuamos) para conseguir algo. Nos moveremos siempre que pensemos o creamos que moverse nos ayudará a lograr aquello que deseamos. Son las llamadas metas.
  • Las expectativas: Son aquellas creencias respecto a si seremos o no capaces de hacer algo y sobre si seremos capaces de conseguir algo. Una creencia es un pensamiento, por medio de la cual siempre que ocurre algo lo traducimos igual, no importa que sea verdad o no, que responda a la realidad o no, nosotros siempre lo vamos a traducir igual, .están como grabadas a fuego en nuestro cerebro y va a depender de nosotros o no el cambiar esta grabación.
  • Las atribuciones: Las atribuciones son inferencias causales que las personas nos hacemos para explicar lo que hacemos o sentimos. La frase : “me sudan las manos porque no soy capaz de hablar en público”. Es un ejemplo de atribución, una creencia de cómo una determinada sensación es interpretada por nosotros.
LA PSICOECONOMÍA ES UN SENTIMIENTO, VOLVERÉ!!!!

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